construí por ti.
En la vida caminamos
orgullosos de ese amor.
Recorrimos juntos
entre espinas
senderos y valles.
Me saqué la piel
para cubrir tu cuerpo,
ese cuerpo que me brindo felicidad,
caricias tiernas y apasionadas,
las que con celos de amory eterno fervor envolvimos
con un manto lujurioso,
para que ya nadie descubriera
algo que sentíamos tan nuestro.
Siempre el amor nos llegaba sin ruido,
con silencioso paso estremecido;
niebla tenue que después diluvia,
empapados bajo las estrellas
quedábamos exhaustos
de ese nuestro mismísimo amor.
Me dabas tu brazo amor,
y caminábamos,
me entregabas tu mano
y nos guiábamos.
No queríamos saber
si era de noche o de día;
nuestros ojos estaban ciegos
y avanzábamos.
Hoy con la espalda curvada
y la piel marcada
de silencio y tiempo,
estás a mi lado como antaño
gozando de bulliciosos pensamientos.
Hoy en tu triste mirada
y en la cristalina vejez de mis ojos,
se pueden dibujar
homogéneas mariposas
que levantan vuelo
a un nuevo amanecer.
Pensamiento escrito el : 12 de julio de 2012
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
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