es ponderante por su belleza
por sus ocres y oxidados colores
invitando a ser un peregrino más
entre los ríos de hojas mustias
ancladas en el poroso suelo;
como protegiéndolo del frío
en un apacible ocaso
allí estabas tú...
nunca hubiera imaginado verte.
Te observé a la distancia
Te observé a la distancia
disfrutabas con tus manos
recluidas en lo recóndito
de los bolsillos de tu gabán
jugando entre esos pergaminos
amarillentos y rojizos, sin vida;
los que en un pretérito fueron
frondosa vestimenta primaveral
de los hoy desnudos árboles.
Dibujabas el suelo, dejando tu huella
en un caminito sin tiempo, sin prisa.
Te observe sin que me vieras
Dibujabas el suelo, dejando tu huella
en un caminito sin tiempo, sin prisa.
Te observe sin que me vieras
noté en ti una mirada triste
con la niña de tus ojos
cristalinos color cielo
como implorando en plegaria
como implorando en plegaria
no encontrarte sola;
como si quisieras despojar
de lo profundo de tu alma
un pasado sentimiento
que en continuo penar...
navega el caudal de tus venas.
Quise nombrarte, quise gritarte...
Quise nombrarte, quise gritarte...
¡no me atreví!
solo deje que tu marcha
castigara en mi, tu ausencia.
Te fuiste alejando
Te fuiste alejando
hasta perder tu silueta
entre la espesa bruma
de ese frío otoño
al momento, una tibia lágrima
surco mi aturdida mejilla;
mis abigarrados sentimientos
me traicionaron tallando
con sangre sobre mi piel
el verso más hermoso
de la poesía de mi vida,
¡perdóname! yo aún
también te seguiré amando
en silencio.
también te seguiré amando
en silencio.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
Blog "Mis Pensamientos" 26-08-2015
http://crisfacu.blogspot.com
(Fotografía y video tomados de la web
Te felicito Amigo... muy buena tu poesía...
ResponderBorrarGracias por tu palabras apreciado amigo Alejandro Celiberti. Recibe un afectuoso abrazo desde Argentina.
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