sembramos semillas de cariño
y en el jardín etéreo
florecieron las caricias.
El canto de un ruiseñor
y un coro de ángeles
nos dejaban el eco
de una dulce canción
mientras un céfiro
dibujaba en tu rostro
una blanca sonrisa
como rosa de primavera.
Tus undantes labios y los míos
se agitaban en el humedal
como pétalos en un arroyo.
Así, el velero de mi pasión
navegó en el torrente de tu palpitar.
Seguimos unidos en el tiempo
y al escribir estos versos
quiero que sepas
que si partieras de mi lado
mi cuerpo sería
volátil temblor de escarcha.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
y en el jardín etéreo
florecieron las caricias.
El canto de un ruiseñor
y un coro de ángeles
nos dejaban el eco
de una dulce canción
mientras un céfiro
dibujaba en tu rostro
una blanca sonrisa
como rosa de primavera.
Tus undantes labios y los míos
se agitaban en el humedal
como pétalos en un arroyo.
Así, el velero de mi pasión
navegó en el torrente de tu palpitar.
Seguimos unidos en el tiempo
y al escribir estos versos
quiero que sepas
que si partieras de mi lado
mi cuerpo sería
volátil temblor de escarcha.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
Blog "Mis Pensamientos" 29-01-2016
http://crisfacu.blogspot.com
(Fotografía y video tomados de la web)
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