Translate

martes, 1 de mayo de 2012

HACHERO DE BUENA ENTRAÑA

Hombre de buena entraña
que los montes recorres sin tapujos,
solamente miras hacia atrás
para ver el trabajo realizado.
Picadas y alambrados van luciendo a tu paso,
ni renuevos ni ramas deben quedar
para tu forma de trabajar.
Solamente tu conoces la soledad
de los montes por las noches,
cuando sentado descansas frente a tu fogón
esperando calentar la olla
que hierve despacito
con tu guiso de garrón.
Poco sabe el ganadero de tu sacrificio,
no conoce de tus penas ni ansiedades
pero tu con la frente bien alta
llevas a tu casa el sustento diario.
Con las manos callosas y agrietadas
por la pala, el hacha y las espinas
con ternura acaricias a tus hijos y mujer
cuando a tu rancho tu llegas.
Después de un tiempo paliando y hachando
unos días de descanso te tomas,
y cuando querés acordar,
nuevamente en el monte te internas.
El frío de las noches silenciosas
el cuero te ha hecho grueso,
durmiendo a la intemperie
entre piquiyines y caldenes
van pasando tus horas de descanso.
Al día siguiente encorvado ya rumbias
después de una mateada,
para seguir en el yugo diario
arrodillado en la tierra húmeda
buscando raíces profundas para cortar.
De vez en cuando en el monte te acordás
del bullicio de tus hijos en el pueblo,
así achicas los días pensando
llegar el fin de semana y con ellos estar.
Por todo eso hachero yo te venero
por que solamente tu conoces
el sufrimiento interior
del hombre de buena entraña,
haciendo picadas y limpieza en los montes
la confianza del ganadero vas ganando
y en tu camino recorrido vas buscando
un nuevo trabajo para tu sustento.

               DEDICADO AL TRABAJADOR  DEL MONTE EN SU DÍA.

Pensamiento escrito el: 05 de Junio de 2004
AUTOR: Jorge Aimar Francese Hardaick
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR (*)