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viernes, 3 de agosto de 2012

DECIR ADIÓS

Hoy comienza el día
con un sol lleno de vida,
ilumina nuestro corazón
palpita al ritmo del amor.

Todo se vuelve tierno y sensible,
sensible al diálogo, a las caricias,
al fuego intrínseco de nuestro cuerpo,
al abrazo interminable
dejandonos al borde de la lujuria.

Coyunturas indescriptibles
de pasión e insensatez amorosa,
lo cual conlleva a tomar decisiones
que no sabemos si se admitirán
en el lado opuesto.

Seguimos transitando esa aventura
como si todo estuviera a nuestros pies,
y pedimos a Dios que no termine
solo por el amor expresado
en el sendero espiritual de nuestra vida.

El tiempo transcurre sin ver,
ciegos somos ante la realidad,
algunas cosas se disipan
y entramos con angustia
en un camino espinoso.

Lamentable es el camino del amor
cuando no es correspondido,
nos brindamos sin darnos cuenta
a la frialdad del opuesto.

Después de un tiempo prolongado
podemos decir con lágrimas,
hoy termina el día
con un triste y gris atardecer.

Ya no palpita nuestro corazón
por ese amor que sabíamos tener,
todo se desvanece en el crepúsculo,
solo quedan lágrimas y sollozos
de un amor que quizá, nunca existió.

Qué difícil es decir adiós
cuando sabemos que hubo fuego
en nuestra fundida piel,
piel que hoy hace sombras
distantes entre si
y solo quedan recuerdos ardientes...
Qué difícil es ¡DECIR ADIÓS!

Pensamiento escrito el 02 de Agosto de 2012
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR (*)