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sábado, 18 de abril de 2015

¡OH! NIÑO POBRE


Allá, cruzando el asfalto
del otro lado de la urbe,
allá donde nace la inocencia,
donde crece casi desnuda
de pantalón corto y harapiento
sin calzado y en el barro,
donde una lágrima cae
el sentimiento se desgarra
y de este lado del asfalto,
nadie lo ve...nadie lo siente,

con su botellita de plástico,
un delgado hilo blanco
va tirando en veredas sin marcar,
su camioncito sin brillo ni color.

Él desconoce de riquezas
pues ha nacido sin cuna,
solo una caricia y sin fortuna, 
eso para él es el valor.

Naricita y rodillas sucias
solo es tiempo de jugar,
corretea el tiempo, alegre, sin parar
su felicidad no tiene lujos,
solo un plato de comida sin cubiertos
y una caricia de su amigo
fortalece su lánguido existir.

¡OH! Niño pobre,
cuánto inocente amor
es el que entregas a cambio
por tan solo una sonrisa y un querer,
¿cuánto de esta vida te mereces?...
de este lado del asfalto
se ignora tu empañada existencia.

Dios te bendiga y te ampare
del vil ego humano,
levanta tus manitas al cielo
que todo el mundo las pueda ver,
ya no importan tus pies descalzos
pues muy pocos
tu necesidad la pueden ver.

Pensamiento escrito el: 18 de abril de 2015
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR (*)