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En el cendal de tu piel
se regocija mi ambrosía
como un céfiro, paciente
me entremezclo ardiente
bajando deseoso a tu vergel
porque tú eres
¡el óleo de mi paisaje!
Si mi vida se cegara
y cruel, mi deseo encarcelara
morirían mis días en el celaje
donde un ocaso me arrastraría
hasta el umbral de tu paraje,
allí sería yo
el más fiel guardián
arcano y silente
de tu sublime esencia
esperando tu florecido amor
sin resabios ni carencias.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Argentina)
Derechos reservados del autor (*)
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Blog "Mis Pensamientos" 17-07-2016
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