incandescente tu belleza,
pero más pura mi franqueza
que el sonido del violonchelo.
En lo alto mantienes dignidad
como amor fraterno de niño,
pues entiendo tu cariño
y lo acepto con gran afinidad.
Tu me sabes a flores y miel
yo soy nada en el ocaso,
tu te atreves sin fracaso
como vueltas de un carrusel.
Mantengo mi dulce pasión
en tiempo tu vas y yo vengo,
y en mis manos tu piel tengo
la que beso sin condición.
En un dulce sueño no lejano
oh! mujer hermosa del mañana,
quisiera al abrir mi ventana
poder acariciarte sin desgano.
Más tú presente siempre estás
en el aire que respiro,
más pudiera estar contigo
en el mañana que tu adularás.
Majestuoso es tu vuelo
incandescente tu belleza,
pero más pura mi franqueza
que el sonido del violonchelo.
Pensamiento escrito el 19 de febrero de 2015
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
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