que habitas mi alma
galano y con calma
como una sentencia
tu cristalina presencia.
Decantas la noche
con mis horas insomne
y en ella yo entrego
mi fiel corazón.
Callecitas arrabaleras
con mantos de estrellas
y madreselvas en flor
desprendiendo fragancia
en aquel viejo balcón.
Patios de tierra
con sol se riegan
y en los arpegios de un fuelle
las letras que juegan
en un dos por cuatro
sutiles se entregan.
sutiles se entregan.
Mi viejo arrabal
que habitas mi alma
galano y con calma
sin ti ya no vivo
porque tu eres verbo
y no adjetivo...
no me cierres la noche
no me cierres la noche
mi viejo arrabal
¡sin ti no soy nada!
¡sin ti no soy nada!
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
Argentina
Argentina
Derechos reservados del autor (*)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario