Antes de ver
mi corazón sufrir
prefiero partir
con el alma embelesada,
y en mi piel acuñar
tu sonrisa angelical.
Luego, déjame saber
que ere feliz
en otros brazos,
que fueron pocos
mis abrazos,
que mis besos
de niño aprendiz,
no endulzaron los tuyos;
que no fueron confesos
entre gemidos y sofocos.
Luego... déjame saber
que eres feliz.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
Derechos de Autor©
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